Un estudio reciente sugiere que la disminución de la tasa de colesterol puede bloquear el crecimiento de cáncer y de tumores en la próstata.

El colesterol elevado no sólo conduce a la arteriosclerosis y a otras enfermedades cardíacas, sino también puede contribuir al crecimiento y a la progresión del cáncer. Los tumores en la próstata acumulan altos niveles de colesterol y la incidencia del tumor está correlacionado con la alimentación típica del mundo occidental,  rica en grasas y en colesterol.

Además, la progresión tumoral en la próstata ha sido asociada a niveles serios de colesterol. Para examinar y analizar mejor el papel del colesterol elevado en el cáncer de próstata, el Dr. Keith Salomon y otros colegas alimentaron ratones de laboratorio con una dieta occidental rica en grasas. Con esta experiencia, descubrieron que niveles elevados de colesterol promueven el crecimiento tumoral y que la Ezetimiba (medicamento Zetia TM), que bloqueala absorción de colesterol por el intestino, puede impedir el aumento de este crecimiento tumoral. La ezetimiba también bloquea a la angiogénesis, el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos necesarios para el crecimiento del tumor. Estos nuevos datos sugieren que la reducción de los niveles de colesterol puede reducir el desarrollo de cáncer de próstata, específicamente a través de la inhibición de la angiogénesis tumoral.

El articulo de Solomon sugiere que “la disminuición del colesterol, que puede ser fácilmente conseguido farmacológicamente en humanos, puede reducir la angiogénesis, lo que al mismo tiempo, da como resultado tumores menos agresivos. “La disminución de los niveles de colesterol a través de la alimentación, ejercicio o del uso controlado de medicamentos reductores de colesterol provoca grandes, y ya muy conocidas, ventajas para los pacientes – en el futuro, podremos añadir la inhibición del riesgo de cáncer de próstata a esta lista de beneficios”, afirma Solomon. “Estamos en el proceso de trabajar con clínicos que van a traducir estos descubrimientos en potenciales estudios en humanos. Si pudiésemos demostrar y comprobar los efectos registrados en nuestros estudios preclínicos en pacientes humanos, podremos salvar vidas”, añadió el Dr. Michael Freeman, autor senior del estudio.

Fuente: Science Daily