Restauranteros piden revisión de la Ley Seca en Veracruz. Lorenzo Montalvo Iglesias, presidente de la Asociación de Restauranteros de Boca del Río, solicitó la eliminación de medida argumentando que la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas durante periodos electorales afecta negativamente a los municipios con vocación turística y plantea desafíos económicos para los empresarios del sector.
El próximo 2 de junio, día de las elecciones, se aplicará la ley seca, una medida tradicionalmente implementada para prevenir desórdenes y asegurar un ambiente pacífico durante el proceso electoral. Sin embargo, esta prohibición de dos días ,en lugar de solo uno, genera rechazo entre los restauranteros y prestadores de servicios turísticos.
“Siempre hemos luchado por que la Ley Seca desaparezca sobre todo porque es una zona turística. Hay lugares como Querétaro que no la va a aplicar y hay muchos estados que no y otros que sí. En el caso de Veracruz lo están aplicando nosotros quisiéramos que lo pudieran desaparecer porque solos zona turística y sí impacta”.
Lorenzo Montalvo Iglesias recordó que la vocación turística de muchos municipios en Veracruz debe ser considerada al momento de imponer restricciones como la Ley Seca. Boca del Río, en particular, depende significativamente del turismo para sostener su economía local. La llegada de visitantes durante el fin de semana es un factor clave para la rentabilidad de los restaurantes, bares y otros establecimientos que venden bebidas alcohólicas.
“Tenemos que apegarnos a la ley, queremos que la gente vaya a votar pero también hay que ponerse en los zapatos de los empresarios que los dedicamos al turismo. No afecta la asistencia pero el problema es el consumo ya que baja hasta 50 por ciento si iban a pagar 500 pues ya no. Además hay muchos que viven de la propina. Ojalá hubieran dicho que solo domingo”.
La implementación de la ley seca durante un fin de semana electoral no solo afecta a los restaurantes y bares, sino también a toda la cadena de servicios turísticos. Hoteles, agencias de viajes y otros negocios relacionados dependen de la afluencia de turistas, muchos de los cuales buscan disfrutar de la gastronomía local y las ofertas recreativas que incluyen el consumo de bebidas alcohólicas.
Los empresarios turísticos advierten que la prohibición puede llevar a una reducción significativa en las reservaciones y el consumo, lo que a su vez repercute en la economía local.