Elegir una buena mojarra es esencial para disfrutar de un platillo fresco y sabroso. Aquí tienes algunos consejos para seleccionar la mejor:
- Ojos claros y brillantes: Los ojos de la mojarra deben ser claros y ligeramente salientes. Si los ojos están hundidos o nublados, la mojarra no es fresca.
- Branquias rojas o rosadas: Las branquias deben tener un color rojo o rosado brillante. Si están grises o marrones, la mojarra es vieja.
- Olor fresco: Una buena mojarra debe tener un olor suave y fresco, similar al agua salada. Evita las mojarras con un olor fuerte y desagradable.
- Cuerpo firme y elástico: La carne de la mojarra debe ser firme al tacto y volver a su forma original después de presionarla. Si la carne es blanda o se queda hundida, no es fresca.
- Escamas brillantes y bien adheridas: Las escamas deben estar bien adheridas al cuerpo y tener un brillo natural. Las escamas sueltas o apagadas indican que la mojarra no está en buen estado.
- Piel húmeda y suave: La piel debe estar húmeda y libre de manchas o decoloraciones. Una piel seca o con manchas es señal de una mojarra de baja calidad.
- Tamaño adecuado: Escoge mojarras de tamaño mediano, ya que suelen tener una mejor textura y sabor. Las mojarras demasiado grandes o pequeñas pueden no ser tan sabrosas.
Siguiendo estos consejos, podrás elegir una mojarra de excelente calidad para tus platillos.