– La garnacha, oriunda de Rinconada, un lugar intermedio entre Xalapa y Veracruz, visitalo, aún siguen teniendo su gran sabor.
En Veracruz, a orillas de la carretera un letrero advierte que “Rinconada es la capital de la garnacha”. En el restaurante Vallarta antojitos pido una. El lugar es fresco, con ventilador, televisión y una estación de jugos decorada con piñas y espejos.
La garnacha es una tortilla frita aderezada con salsa. Cada tortilla se prepara a mano. La salsa se hace con tomate, guajillo, chile seco, canela y más especies cuya identidad nadie quiere comunicar.
Cuando la tortilla está bien frita la escurren. Luego le agregan carne de res deshebrada y un puñado de cebolla. Nadie sabe quién inventó la receta, pero las meseras repiten a sus clientes que “no hay garnacha como la de la Rinconada”.
Todos los restaurantes que conforman el paradero venden lo mismo. Aguas frescas y garnachas son predilectas de los comensales. El menú también ofrece milanesa con papas, empanadas fritas y camarones al mojo de ajo. La guarnición es ensalada, frijoles y arroz. El plato llega repleto, parece montaña.
Las aguas y jugos se sirven en vasos coloridos de litro. Guanábana, manzana, avena, piña, melón, sandía y chocomilk. También michelada escarchada con chiles y salsas.
Una vez al año, en el parque de Rinconada, organizan el día y la feria de la garnacha. La idea es buscar al valiente que coma más. La fecha va variando, el año pasado fue en septiembre. Un hombre robusto y alto apareció y de un sentón se comió treinta. Fue el ganador.
También se premia a la garnacha más grande. Esa la elaboran los restauranteros de la zona. Las hacen gigantes. El premio varía entre mil y tres mil pesos.
“Otra garnacha por favor”, piden en la mesa de junto. En promedio, por persona, se comen tres. Algunos la quieren con un huevo estrellado encima. Cada una se vende en seis pesos. Otros la atiborran con más salsa. La mejor es la verde que ponen al centro de la mesa.
Los comensales entran, comen, piden la cuenta y se van. Rinconada es el paradero perfecto para los viajeros que transitan con prisa y quieren acompañar a la tripa, reponerse y continuar.